1. El primer “se” de “…y se contempló en el espejo…” es un “se” reflexivo. En primer lugar, es paradigmático, ya que se puede cambiar de persona: “Yo me contemplé en el espejo”. Además, admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo”: “Teresa se contempló a sí misma en el espejo”. Al mismo tiempo, marca una relación de correferencia, dado que los dos argumentos (el sujeto y el objeto) refieren a la misma entidad del mundo. Asimismo, no forma parte del verbo, ya que desempeña una función sintáctica oracional; de hecho, funciona como O.D., lo cual se demuestra por la sustitución del “se” por el pronombre de O.D. “lo”: “Teresa lo contempló en el espejo”. Finalmente, cabe señalar que hay un sujeto agente que controla un dinamismo.
2. El “se” de “…ella se dijo que…” es un “se” reflexivo. En primer lugar, es paradigmático, ya que se puede cambiar de persona: “Yo me dije que…”. Además, admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo”: “…ella se dijo a sí misma que…” Al mismo tiempo, marca una relación de correferencia, dado que los dos argumentos (el sujeto y el objeto indirecto) refieren a la misma entidad del mundo. Asimismo, no forma parte del verbo, ya que desempeña una función sintáctica oracional; de hecho, se trata de un O.I. argumental (i.e. seleccionado por la valencia del verbo), lo cual se demuestra por la sustitución del “se” por el pronombre de O.I. “le”: “…le dijo que…”. Finalmente, cabe señalar que hay un sujeto agente que controla un dinamismo.
3. El tercer “se”, en “…burlarse de todo…” es un “se” diacrítico. En primer lugar, es paradigmático, ya que se puede cambiar de persona, lo cual se demuestra cambiando el infinitivo por un verbo conjugado: “…me burlo de todo hasta el final…”. Además, la estructura no admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo” (* “…burlarse a sí mismo de todo…”) y el “se” forma parte del verbo, i.e. no cumple ninguna función sintáctica. Es diacrítico porque permite diferenciar dos lexemas verbales distintos “burlar” y “burlarse”. Esta diferencia radica en un cambio léxico, ya que se entiende que “burlar” significaría “engañar”, “esquivar” como en “Burló las defensas de la ciudad”; mientras que “burlarse” sería un sinónimo de “reírse de”. Al mismo tiempo, cambia la realización sintáctica de los argumentos seleccionados por el verbo; en efecto, “burlar” requiere un S.L. y un O.D., mientras que “burlarse” va acompañado de un S.L. y de un O.P. Finalmente, cabe señalar que hay un sujeto agente que controla un dinamismo.
4. El “se” en “Se arrepintió de…” es un “se” paradigmático, ya que se puede cambiar de persona: “Yo me arrepentí”. Asimismo, la estructura no admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo” y el “se” forma parte del verbo. En efecto, aparece en un verbo inherentemente pronominal que siempre exige la presencia de un pronombre personal átono como parte de su conjugación, es decir que no tiene un correlato no pronominal, por lo cual se trata de un “se” inherente. Estos verbos se caracterizan por ser intransitivos, denotar procesos psicológicos y, por lo tanto, tener los sujetos experimentantes (en este caso el sujeto tácito es Teresa). Además, este verbo tiene un O.P. en sus valencias; de hecho, “alguien se arrepiente de algo”.
5. En “…iba a torcerse un tobillo…” nos encontramos con un “se” paradigmático, ya que se puede cambiar de persona: “yo iba a torcerme un tobillo”. Además, la estructura no admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo”: *“iba a torcerse un tobillo a sí misma” (al menos que hagamos una interpretación masoquista, lo cual no es posible dado el contexto). Al mismo tiempo, el “se” forma parte del verbo “torcerse”, cuyo correlato no pronominal es “torcer”. Ambos verbos son bivalentes, pero lo que cambia en ellos es la función semántica del sujeto, que en el primer caso es experimentante, mientras que en el segundo es agente. En efecto, en estos casos la forma cuyo sujeto tiene el papel temático de causa (agente o fuerza), alterna con la forma denominada ergativa o anticausativa, en la cual desaparece el agente o la causa (que solo puede mantenerse como elemento facultativa) y el O.D. asciende a la función sintáctica “sujeto”. Esto podría constituir lo que se llama la voz media en español, sobre todo cuando el S.L es inanimado. Esta describe procesos que se presentan producidos espontáneamente, i.e. no hay un agente externo que lo lleve a cabo, por eso puede ser expandidos por e predicativo “solo”.
6. El “se” de “se detuvo” es un “se” paradigmático, ya que se puede cambiar de persona: “Yo me detuve”. Además, la estructura no admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo” (* “…se detuvo a sí misma…”) y el “se” forma parte del verbo, i.e. no cumple ninguna función sintáctica. Asimismo, cabe señalar que hay un sujeto agente que controla una acción por la cual se ve afectada. Por todo lo mencionado, se puede afirmar que se trata de un “se” intransitivizador, que aparece en un verbo alternante que denota un cambio de posición. Se lo llama intransitivizador porque bloquea la aparición del O.D. y, por lo tanto, el verbo se vuelve monovalente.
7. El “se” de “se le deslizaba” es un “se” paradigmático, ya que se puede cambiar de persona: “Yo me deslizaba…”. Además, la estructura no admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo” (* “…el pelo húmedo se le deslizaba a sí mismo…”) y el “se” forma parte del verbo, i.e. no cumple ninguna función sintáctica. Asimismo, cabe señalar que hay un sujeto agente que controla una acción por la cual se ve afectado. Por todo lo mencionado, se puede afirmar que se trata de un “se” intransitivizador, que aparece en un verbo alternante que denota movimiento. Se lo denomina intransitivizador porque bloquea la aparición del O.D. y, por lo tanto, el verbo se vuelve monovalente. Finalmente, habría que indicar que el “le” es un dativo posesivo (no argumental), ya que no se puede eliminar sin especificar quién es el poseedor de, en este caso, la cara.
8. En “…se había olvidado del reloj…” hay un “se” diacrítico. En primer lugar, es paradigmático, ya que se puede cambiar de persona: “Yo me olvidé del reloj”. Además, la estructura no admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo” (* “…se olvidó a sí misma…”) y el “se” forma parte del verbo, i.e. no cumple ninguna función sintáctica. Es diacrítico porque permite diferenciar dos lexemas verbales distintos “olvidar” y “olvidarse”. Esta diferencia radica en que, si bien las piezas léxicas tienen el mismo significado, cambia la realización sintáctica de los argumentos seleccionados por el verbo. En efecto, “olvidar” selecciona un S.L y un O.D.; mientras que “olvidarse”, un S.L. y un O.P.
9. En “Se puso los zapatos…” nos encontramos con un “se” reflexivo. En primer lugar, es paradigmático, ya que se puede cambiar de persona: “yo me puse los zapatos”. Además, admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo”: “ella se puso los zapatos a sí misma”. Al mismo tiempo, marca una relación de correferencia, dado que los dos argumentos (el sujeto y el objeto indirecto) refieren a la misma entidad del mundo. Asimismo, no forma parte del verbo, ya que desempeña una función sintáctica oracional; de hecho, funciona como O.I., lo cual se demuestra por la sustitución del “se” por el pronombre de O.I. “le”: “le puso los zapatos”. Finalmente, cabe señalar que hay un sujeto agente que controla un dinamismo.
10. El “se” de “El mozo y ella se miraron.” es un “se” recíproco. Se trata de un “se” paradigmático, ya que se puede cambiar de persona (aunque por ser recíproco solo acepte la conmutación por pronombres plurales): “El mozo y yo nos miramos”. Asimismo, admite el refuerzo “el uno al otro”, “entre sí” o “mutuamente”: “El mozo y ella se miraron el uno al otro”. Además, hay una relación de correferencia, dado que los dos argumentos (el sujeto y el objeto) refieren a las mismas entidades del mundo. También cabe señalar que el “se” no forma parte del verbo, ya que desempeña una función sintáctica oracional; de hecho, funciona como O.D., lo cual se demuestra a través de la paráfrasis mediante dos oraciones coordinadas que las estructuras con “se” recíproco admiten: “Juan miró a María y María miró a Juan”; “Juan la miró y María lo miró”. Cabe señalar que en estas, el “se” no se mantiene. Finalmente, habría que indicar que el sujeto es agente, es decir que controla la acción verbal, y necesariamente tiene que ser múltiple.
11. En “se los dejó en la mesa” encontramos un “se” sustituto, condicionado contextualmente, que es un alomorfo del pronombre personal en caso dativo “le”: “Le dejó diez pesos en la mesa”. Hay que destacar, además, que no hay concordancia entre el verbo y el “se”.
12. El “se” de “se levantó” es un “se” intransitivizador, que aparece en un verbo alternante que denota un cambio de posición. Se trata de un intransitivizador porque bloquea la aparición del O.D. y, por lo tanto, el verbo se vuelve monovalente. Por aparecer en un verbo pronominal es un “se” paradigmático, ya que se puede cambiar de persona: “Yo me levanté”. Además, la estructura no admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo” (* “…se levantó a sí misma…”) y el “se” forma parte del verbo, i.e. no cumple ninguna función sintáctica. Finalmente, cabe señalar que hay un sujeto agente que controla una acción por la cual se ve afectada.
13. El “se” en “No se atrevió a mirar…” es un “se” paradigmático, ya que se puede cambiar de persona: “Yo no me atreví…”. Asimismo, no admite el refuerzo reflexivo “a sí mismo” y el “se” forma parte del verbo. Además, aparece en un verbo inherentemente pronominal que siempre exige la presencia de un pronombre personal átono como parte de su conjugación, es decir que no tiene un correlato no pronominal; por lo tanto, se trata de un “se” inherente. Estos verbos se caracterizan por ser intransitivos, denotar procesos psicológicos y, en consecuencia, por tener los sujetos experimentantes. Además, tiene un O.P. en sus valencias; de hecho, “alguien se atreve a algo”.
Impecable el Blog... La verdad, qué suerte los alumnos que vendrán!!!
ResponderEliminarUna sugerencia: en estos casos, en los que analizamos formas sacadas de textos, sería bueno que los subieras también porque para muchos casos el contexto es "conditio sine qua non" para el análisis... (conditio sine qua non.... OMG!) jaja